LA PROMESA
Hace mucho tiempo, en nuestro país, los indígenas eran una
especie de esclavos. El
"indio" que podía leer y escribir podría llegar a tener una vida
diferente.
Allá en Cayambe
aparecían blancos salvadores del futuro, ofertando educación; todos querían mandar a sus hijos ; aspara que
sean algo en la vida, así pues la madre
de mi abuela prepara el tungo de ropa de su primera hija; mi abuela de ojos
vivaces , negros como noche sin luna, cabello de un azabache inconfundible,
pequeña y blanca semejante a las hijas de los que como grandes mercaderes"
caritativos" se la llevan a la ciudad.
Claro había de todo, las señoras
refinadas como doña Josefina de San Roque que con maní de dulce y esas
golosinas blanquitas que hasta ese momento mi abuela nunca había probado
trataba de conquistar la voluntad de las niñas,
nada de violencia- decía a su esposo
con una sonrisa que a leguas se veía dibujada por la costumbre.
Mi abuela no quería
subir a ese aparato bullicioso ( ese que se parece a la carreta pero ni un
animal lo jala) la madre de mi abuela la jaloneo a un ladito disimuladamente .-
Guambra de mierda!!! pórtate bien, no ves que es por tu bien, un
día me vas a agradecer, harazle caso todito lo que te diga, no serás dejada , tratando al patrón con
respeto mi hijita.- le dijo, al ver a su
hija llorar en un profundo silencio pero
bañada en lágrimas, le regalo un
abrazo(el último que recordaría en su vida), santiguo con su mano izquierda
pues su mano derecha estaba lastimada por un azadón ahí en la cosecha, y le
hecho bendiciones mientras la empujaba hacia el coche.
Ni una sola palabra en el trayecto... tenía ganas de orinar
miraba a la señora que con cierta distancia la veía de reojo, el señor muy
concentrado en la carretera tampoco hablaba, solo tuvo que apretar bien, ya
llegaría el momento de encontrar una buena matita para aliviarse.
Por fin llegaron a Quito, que diferente era todo, calles
empedradas licitas, cuadraditas, el aire era extraño como que ahogaba, las casas
toditas tan juntas y esas plazas que immensas!!! Quito no se parecía a lo que había imaginado. Donde está la escuela?? pregunto un poco
tímida.- la escuela?? ah! la escuela
está por aquicito no más, ya vas a conocer el lunes, vos tranquilita, mija .- respondió
la señora sin desdibujar su sonrisita.
La libertad, se llamaba el barrio en donde vivia Josefina de
San Roque, ahí junto al templo de la patria, hacienda grande grandota; al
llegar la encaminaron con un capataz algo amigable y de vizo triste, la condujo
hacia lo que sería su habitación ahí
junto a los caballos en el cuartito ese ( cuatro paredes blancas enmohecidas ,
una estera tejida, con dos cobijas con
olor a sexo,( claro este lo conocería tiempo más tarde y no precisamente en ese
lugar)un baúl donde ingenuamente guardo
su ropa;
como ya era muy tarde cayo
rendida en el lecho.
Sábado muy por la mañana, la abuela limpiecita, arregladita
estaba parada en la puerta principal de la casa de la hacienda, lista para lo
que la señora quiera pues ese era el trato, ,se aprieta las manitos , esas que
parecen de 25, pero que su rostro
dulce defienden su edad, 8 años ; por
fin la señora aparece presurosa con una canasta .- muevete hijita que tarde es !
doña Blanquita nos está esperando, y
donde está tu ropa? le dijo.- en el cuarto respondió.- ques pues hija quien
dijo que dejara muévete trayendo que esta tardísimo...
Bajaron en el coche hasta EL Tejar pararon junto al portón inmenso del lugar ese
que se parece a la puerta de la catedral, ahi era la Tienda más grande de Quito
donde esperaba Doña Blanquita que alegre y casi ladrando dio la bienvenida a la
familia.- Que pues hijita yo dije ya no vinieron, si viera como estoy solita en
este trajín, esa es la guaguita? ojala resulte hacendocita. Y que se van no más? bueno, bueno que les vaya bien.- le dijo entregando
un buen fajo de billetes - Ya mi hijita coja el canasto y vaya a la panadería
me trae 400 panes y si no avanza le dice no más al ayudante- le dijo con la
frialdad del patrón de hacienda.- la abuela tomo la cesta y jugando con el
imaginario corrió hacia la
panadería, la despensa de los huevos, los baños la cocina, el patio, los dormitorios
la casa y la ciudad , hasta el lunes 7
am; que mi abuela con sus trencitas hechas moñitos porque así iba a la iglesia,
y muy limpiecita y muy feliz se presenta ante doña Blanca, lista para ir a la
escuela.- Ques pues hijita a donde te vas pues?- pregunta la vieja- Hoy es
lunes y la escuela... responde.- La escuela en la tarde guambrita apurada.-
ahurita se va a traer el pan.
15:30, niños y niñas
salen corriendo de la escuela que estaba frente a la tienda, la abuela trato de
no ensuciar su mejor parada hasta esa hora que se presenta nuevamente con doña
Blanca.- ya ahurita ya debe ir a la escuela mi hijita.- le dice mientras le
alcanza un trapeador de casi un metro de largo con una cubeta de agua y detergente.-
limpiecito sobre todo los baños sino nos han de reclamar.
Desde entonces mi abuela fue
a la escuela todos los día de lunes a sábado con su imaginario .